jueves, 1 de octubre de 1998

El Regreso

¡Con que ilusión volvían de Finlandia!
La despedida de las tierras heladas fue apoteósica; Vodka, gritos, cortes de manga al atónito público fines que se hallaba el en aeropuerto. Por fin volaban a Madrid y de ahí a Sevilla un rato de autobús.
En el avión cantaba junto a los demás y fue necesaria la intervención de la tripulación para calmar los ánimos.
Después de los aplausos de rigor cuando el avión tomo tierra en Barajas y de desembarcar, se dispuso a recoger su magro equipaje (casi toda la ropa la dejó atrás, ya que a fuerza de usarla, ni para trapos...).
Pasó el trámite y salió a la terminal internacional.
¡Sorpresa! . Aquello estaba lleno de caras conocidas. Familia, amigos, le esperaban con grandes sonrisas y con, con....., un momento. ¿Que era todo aquello que llevaban? Cuernos de reno en las cabezas, disfraces de Papa Noel, pancartas en finés....
De pronto su sonrisa comenzó a desaparecer de su cara, la vista se le empezó a nublar con una tonalidad rojiza. Sin saber como se lanzó sobre aquella muchedumbre sonriente y empezó arremeter contra todos. Saco de su mochila un impresionante machete caza-osos con una inscripción que ponía "Recuerdo de Finlandia", y empezó a asestar certeros golpes. La gente corría despavorida y el continuaba arrancando trozos de vísceras a fuerza de machetazos. Instantes después (aunque le parecieron una eternidad) ,cayo exhausto y se observo cubierto de sangre. Dejo caer el machete al suelo y se quedó inerte con la mirada perdida en el vacío. Varios cuerpos yacían en el suelo rodeados de un charco de sangre.
A los pocos minutos un grupo de varios policías, lo arrojaron al suelo, lo esposaron, lo cachearon y se lo llevaron en un coche patrulla. Mientras se alejaba oyó una legión de sirenas de ambulancia que se aproximaban velozmente. Después de aquello recordaba vagamente la comisaría, los psiquiatras, la cárcel, el juicio....
Ahora se encontraba en aquella extraña habitación con paredes blancas acolchadas y con aquella camisa de fuerza oprimiéndole día y noche.
Hoy tenia visita del tribunal para ver si lo pasaban con en resto de los enfermos de la institución. ¡Los muy imbéciles! los había conseguido engañar. Era fácil, solo tenia que decir lo que ellos esperaban oír y responder a sus preguntas y a sus absurdos test. Estaba en estos pensamientos cuando con el rabillo del ojo, alcanzó a ver la sombra de un reno que pasaba fugazmente por detrás de el. Sabía que lo vigilaban y que estaban allí, esperándole. El no tenia miedo, ya acabó una vez con ellos y lo volvería a hacer en cuanto tuviera ocasión.... quizás mañana mismo este libre de la camisa y de esta habitación.
Su macabra carcajada, que duró algunos minutos, resonó escasamente en aquellas paredes mientras repetía en voz baja y mirando hacia atrás y hacia los lados violentamente: Quizás mañana, quizás mañana.......

No hay comentarios: