martes, 6 de octubre de 1998

El Abeto Finés

Era el final.
Mientras mí congelado cuerpo yacía amarrado a un estúpido abeto, solo mis ojos, aparte de mi cerebro (o lo que quedaba de él) seguía funcionando. Ahora entendía por que aquel grupo de finlandeses enfurecidos, habían respetado y cuidado con mimo mis ojos, protegiéndolos con unas estupendas gafas de sky. Deseaban que viese mi horrible forma de morir.
Mi mente intentaba recordar como empezó todo, a la vez que no le perdía ojo a la manada de lobos que llevaban varias horas rondándome. Si, creo que todo empezó hace 2 días, cuando celebrábamos nuestra marcha de Finlandia hacia la cálida Andalucía.
¿Dónde estarán mis compañeros?, Aquellos que juraron que nunca me abandonarían... Desde alguna playita malagueña y ante una tortilla de patatas y unos espetones de sardinas quizás se estén acordando de mí. ¡ Ojalá se les indigeste!.
¡La madre que lo parió! Un lobo a comenzado a olisquear mi bota, mejor no prestarle atención.
Tal vez fuese el exceso de Vodka, o la euforia de la partida, no, creo que principalmente el nulo sentido del humor de los finlandeses, el que desencadeno el incidente.
La verdad es que pensando fríamente (que apropiado), el incendiar la iglesia protestante en mitad de la noche y arrojar a sus llamas todo lo que encontrábamos a nuestro paso, como gesta medieval tenia gracia, pero hoy día no estaba visto con buenos ojos. Menos si tenemos en cuenta, que sin la rápida intervención de los bomberos, el pastor y su familia, quizás no hubieran salido con vida, ni salvado las casas colindantes.
¡Joder! Me descuido un momento y el lobo se ha zampado media pierna, y veo (cada vez con más dificultad) al resto de la manada aproximándose. Gracias a Dios las tengo tan congeladas que no siento sus colmillos desgarrándome los músculos de la pantorrilla.
Ahora al recordar como me llevaban por el pueblo el gentío mientras me amenazaban con una cuerda, veo sus estúpidas caras contestándome con gesto negativo, mientras soltaban carcajadas cuando en mi precario fines yo preguntaba a voz en grito, que si iban a ser tan salvajes de lincharme.
Se me nubla la vista y empiezo a divagar, creo que ya esta, se acaba todo.
¡ Mierda! Ya han empezado con la entrepierna. Que les aproveche..................

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